El primer paso es comprar libros sobre mindfulness para conocer los entresijos de esta práctica de meditación. El Mindfulness, o Atención Plena, es una herramienta muy útil que en las últimas décadas ha sido aplicada a diferentes tipos de intervención psicológica. La atención plena se basa en la gestión de la atención y los procesos fisiológicos que lo acompañan. El mindfulness ha sido desarrollado como una manera de centrarse en el presente y experimentar lo que está ocurriendo en ese momento desde una perspectiva neutral y no propensa a juzgar, da manera que la implicación emocional que nos mantiene unidos a preocupaciones y obsesiones se de debilita.
Para practicar la base la puedes comprender en un buen libre, busca un espacio tranquilo. Es decir, elegir los entornos que hagan más fácil llevar a cabo el procedimiento. Siéntate con la espalda recta, de este modo no nos molestarán tensiones musculares innecesarias. Empieza poco a poco con la respiración controlada. Las respiraciones hondas y pausadas ayudan a oxigenar el cuerpo y a relajarse. Por el otro, permite empezar a focalizar la atención en algo concreto de una manera sostenida, algo que será muy útil. Céntrate en lo que pasa en tu cuerpo y amplía el foco. Siempre debes tener en cuenta la respiración. Es una especie de meditación como la que se hacía de forma espiritual con la Biblia de Jerusalén. La meditación puede ser religiosa o propia.