A menudo leemos artículos sobre el agua hidrogenada, el agua ionizada, el agua alcalina, el agua antioxidante… muchos términos que en muchas ocasiones nos llevan a confusión.
En primer lugar debemos aclarar que no todos aluden a la misma realidad y que, por tanto, tienen propiedades y aportan beneficios distintos al organismos.
En el caso del agua hidrogenada y el agua ionizada podemos decir que sí son lo mismo. Al fin y al cabo es agua con carga de hidrógeno, es decir, que gana o pierde iones al llevar un aporte extra de hidrógeno, uno de los antioxidantes más potentes de la naturaleza en su estado gaseoso, y de los más pequeños, lo que le permite llegar a zonas inaccesibles a otros antioxidantes.
Así, eliminamos los radicales libres que se generan en el organismo y que son causante del envejecimiento celular y de muchas enfermedades; mejoramos la digestión y muchos problemas de acidez; mejoramos la hidratación y la salud de nuestra piel y un sinfín de cualidades más.