En la mayoría de los casos, la gente interpreta una visita al psicólogo como un signo de alerta ante un claro desequilibrio mental. Sin embargo, enfrentarse al psicólogo no debe ser algo tan excepcional, sino que son muchas las patologías que pueden verse resueltas con una serie de visitas a uno de estos especialistas.
Muchos psicoterapeutas reconocen ciertos patrones de conducta entre sus pacientes,y los identifica principalmente entre los que vienen obligados por los padres o la pareja, que al principio se muestra reacio a la terapia; aquel que viene por propia voluntad, aunque no sepa muy bien qué le ocurre. Normalmente no se acude al psicólogo por miedo. Miedo a dar el paso, miedo de cambiar algo.
Entre los casos más comunes no se encuentran la esquizofrenia ni abstracciones mentales, sino más bien la terapia de parejas, tratamiento contra la ansiedad, la depresión, etc.
Lo más importante: debemos acudir decididos, sin miedo, sabiendo que la persona que nos va a escuchar es profesional. Sólo así y siendo conscientes de la necesidad que tenemos, el proceso será más cómodo, productivo y llevadero.