Desde que éramos pequeñitos nos han enseñado la gran importancia que tienen distintos elementos del universo para la naturaleza de nuestro planeta. Uno de los más importantes es el sol. El sol desarrolla una función imprescindible en el desarrollo de la vida proporcionando luz, calor y energía a vegetales y animales. Pero uno de los problemas más importantes que han acontecido es que todos estos bienes solares no siempre son tan beneficiosos, sobre todo cuando abusamos de ellos.
¿Cómo protegernos la piel?
En los años 90, la evolución de la moda, la continua exposición al sol y la aparición de diversos efectos nocivos para la piel provocaron que muchas personas desarrollaran un cierto interés en el cuidado de la misma desembocando en el interés de multitud de multinacionales en abordar esta demanda.
El miedo y la preocupación por proteger la piel dieron lugar a la aparición de remedios caseros que favorecían a medio gas el cuidado de la piel. Muchas empresas comenzaron a comercializar remedios que prometían la luna a los consumidores y que se quedaron solamente en eso, en prometer. Tras una gran cantidad de intentos fallidos, los avances tecnológicos permitieron profundizar en el estudio de productos naturales para luchar contra el deterioro de la piel como son el aguacate, el caviar, la caléndula, el aloe vera o el aceite de almendras.
Descubriendo nuevos caminos
En la actualidad, muchas empresas siguen desarrollando estudios sobre nuevos productos que permitan alcanzar un aspecto inmejorable para el cuidado de la piel. Muchos laboratorios no han conseguido alcanzar los objetivos que se habían propuesto y, ante la falta de inversiones, se han visto obligados a retirarse de la carrera por la búsqueda de la llamada fuente de la juventud.
Entre las distintas investigaciones llevadas a cabo ha surgido un descubrimiento que ha alcanzado unos resultados asombrosos. Hablamos del empleo de la baba de caracol, un producto natural que ofrece una serie de propiedades medicinales y cosméticas, como la creación de cremas hidratantes o antiarrugas. El empleo de la baba de caracol con fines cosméticos ha favorecido en gran medida a este sector gracias a la prevención y eliminación de arrugas, cicatrices, algún tipo de quemaduras e incluso la limpieza de manchas solares. Tal vez nos encontremos ante uno de los descubrimientos más importantes para el cuidado de la piel o quizás, gracias a la crema de caracol, hayamos encontrado finalmente la tan apreciada fuente de la juventud.